Hay que crear afición por la lectura desde la infancia. La afición lectora es un gran bien del que no podemos privar a los niños/as. Hay que conseguir que la lectura sea una actividad deseada, voluntariamente elegida, algo que gusta
hacer y que se haga cuando no haya obligación de hacerlo. En el aula es donde el niño/a aprenden a leer. Pero eso no es suficiente para despertar una afición. Y esto no es posible sin la colaboración de la familia.
Los padres han de ser consciente de la importancia
de formar "buenos lectores" y esforzarse en conseguirlo,
creando un ambiente propicio para convertir
esta actividad en algo habitual,
libre, deseado y placentero.
El hábito lector es uno de los importantes bienes que la familia ha de transmitir a los hijos. En
una casa en la que el niño/a crece rodeado de libros y de ambiente lector, hay muchas posibilidades
de éxito en la formación integral de esa persona.
El lector no se nace, se hace.
Si se quiere que los hijos e hijas sean lectores, los padres deben inculcarles esta afición con esfuerzo y constancia pero sin imponérsela. El ritmo de vida de las grandes ciudades, el gusto por la acción, los medios audiovisuales (TV, vídeo, ordenadores…), la prisa que todos llevamos dentro, desvían la atención de los niños de la lectura. Es difícil inculcar hábitos lectores cuando los padres no leen. El niño que ve leer
a sus padres sabrá imitar estas actitudes.
Consejos para despertar afición a la lectura en la familia.
Que los padres valoren la lectura.
Que los hijos vean leer a los padres.
Que los padres lean en voz alta a los hijos desde pequeños.
Que los libros estén presentes en la casa.
Que exista en casa un lugar donde ponerse a leer.
Que esté establecido un horario de lectura diario.
Que hablar de libros, sea tema frecuente de conversación.
Que los libros sean un regalo habitual.
Enseñar a los hijos a cuidar los libros y animarles a ir haciendo su propia biblioteca.
Acudir con los hijos a lugares donde hay libros.
Que los hijos vean leer a los padres.
Que los padres lean en voz alta a los hijos desde pequeños.
Que los libros estén presentes en la casa.
Que exista en casa un lugar donde ponerse a leer.
Que esté establecido un horario de lectura diario.
Que hablar de libros, sea tema frecuente de conversación.
Que los libros sean un regalo habitual.
Enseñar a los hijos a cuidar los libros y animarles a ir haciendo su propia biblioteca.
Acudir con los hijos a lugares donde hay libros.
Diez principios imprescindibles para crear buenos lectores.
1.- Dar ejemplo.- Las personas adultas somos un modelo de lectura para los niños. Leamos delante de
ellos, disfrutemos leyendo.
2.- Escuchar.- En las preguntas de los niños está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes
de sus dudas.
ellos, disfrutemos leyendo.
3.- Compartir.- El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, contemos cuentos.
4.- Proponer, no imponer.-Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
5.- Acompañar. .- El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
6.- Ser constantes.- Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con
buena disposición para la lectura.
7.- Respetar.- Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
8.- Pedir consejo.- El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados.
Hagámosles una visita.
Hagámosles una visita.
9.- Estimular, alentar.- Cualquier situación puede proporcionarnos motivos para llegar a los libros. Dejemos
siempre libros apetecibles al alcance de los niños.
10.- Organizarse.- La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca...
Escuela Pape
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